"Y, sobre todo, leíamos, leíamos todo lo que nos caía en las manos. Sacábamos libros de todas las bibliotecas públicas y, unos a otros, nos dejábamos prestados los hallazgos que conseguíamos encontrar. Pero la mejor academia, el lugar donde mejor se informaba uno de todas las novedades, era el café".
«El mundo de ayer. Memorias de un europeo». Stefan Zweig.
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jueves, 20 de febrero de 2014

EL HORROR DE DUNWICH. H. P. Lovecraft

Antes que nada, empecemos por aclarar la clasificación de los relatos y novelas de Lovecraft, para así saber por donde pisamos; ya que, aunque a simple vista parece que hay unanimidad en ello, la forma de exponer el asunto no siempre tiene el acierto que merece. Yo me quedo con la clasificación que hace el escritor August Derleth, que fue el primer editor de las obras del genio de Providence. Derleth, además, era miembro del Circulo de Lovecraft, y como tal contribuyó a la continuidad de los mitos de Cthulhu. En el prólogo de esta edición, Derleth escribe que hay dos clasificaciones principales más una combinación de ambas. Por un lado están los relatos fantásticos al estilo de Lord Dunsany (confieso que aun no conozco la obra de este señor) y por otro los relatos de misterio y terror referentes a un más allá cósmico; "horror cósmico" se le ha acabado llamando; estos últimos se subdividen en cuentos de "Nueva Inglaterra" y cuentos de "los Mitos de Cthulhu".
En esta edición que nos ocupa, encontramos dos relatos del ciclo de los mitos de Cthulhu, que son: El susurrador en la oscuridad, El Horror de Dunwich; y dos del ciclo de Nueva Inglaterra: El modelo de
H.P. Lovecraft
Pickman
, y El extraño.
Lovecraft te podrá gustar o no, pero a casi nadie deja indiferente. A mi, estas cuatro historias además de gustarme, me han dejado una serie de imágenes e impresiones grabadas a fuego. Y ha sido casi más por lo que sugiere e insinúa, que por lo que expone, que también desde luego, pero en mi opinión, la mayor parte del interés de Lovecraft está  en lo que no dice, claro está que de una forma u otra lo acaba diciendo; ahí está un  modo de hacer digno de un genio. Esto se aprecia muy bien en el relato El modelo de Pickman, para mi el mejor de los cuatro, donde la imaginación del lector se dispara, y al acabar de leerlo, uno queda sumido en mil pensamientos; también queda patente en  El susurrador en la oscuridad, donde Lovecraft no cuenta de una forma directa lo que le ha ocurrido al personaje de Akeley, pero cuando uno termina por discernir lo que le ha pasado, la oleada de horror que sobreviene es una de mis grandes experiencias como lector; y a tenor de esto, decir que los finales de la cuatro narraciones me parecen magníficos.
Horror e inquietud es lo que he sentido con la lectura de este libro. Horror, no miedo. Horror, la palabra clave en Lovecraft, es muy cierta, y la estoy usando porque no encuentro otra mejor. E inquietud, en el mejor sentido artístico. Una inquietud que se disfruta cada vez más, a medida que el lector se adentra en la "neura" de Lovecraft, la cual te ensancha las fronteras mentales. Entonces el Universo se ve de otra manera.
Lee  El susurrador en la  oscuridad, contempla luego el cielo estrellado y dime que es lo que pasa por tu cabeza.
Y aquí lo dejo. Hace rato que oigo ruidos al otro lado del piso.....voy a ver que... es.

Un saludo "cósmico".

domingo, 9 de febrero de 2014

EL SUEÑO ETERNO. Raymond Chandler

Si habéis leído la novela, y tenéis la incomoda sensación de no haberla entendido del todo, o tenéis la sensación de que hay detalles que no encajan, no os preocupéis, a todos nos ha pasado lo mismo. Baste decir que cuando se rodó la película en 1946, su director Howard Hawks y el equipo de guionistas, capitaneado por William Faulkner, no conseguían entender una de las muertes de la trama; así que llamaron a Chandler para preguntárselo, y este les contestó que no tenía "ni idea". Es decir: que a Chandler le traía al pairo que sucediese tal cosa. Me da la impresión de que la novela, que era la primera narración larga que escribía (1939) le salió así, y así la dejó. Pero, ojo; el libro se entiende bastante bien; la película, curiosamente presenta más confusión.
 Sin que el argumento importe demasiado, Chandler plantea un ejercicio de estilo, en el que se ponen en juego todos los ingredientes de la "novela negra" de una forma magistral, incluida la denuncia y crítica social de una sociedad corrupta, y situando en el centro a un personaje de los que nunca se olvidan: el detective privado Philip
Marlowe. Marlowe, un duro, experto e inteligente "sabueso" con un irónico sentido del humor que ha sentado cátedra, se mueve como pez en el agua (aunque en alguna ocasión salga apaleado) en medio del "follón" que le ha montado el autor. Un "follón" en el que se ponen en práctica: chantajes, asesinatos, negocios sucios, y vicios de todo tipo; y en el que se dan cita: mafiosos; "femmes fatales"; matones, tanto de medio pelo como de primera división; policías escépticos y malhumorados, oportunistas, etc. Todo regado con mucho whisky, y perfumado con tabaco, mucho tabaco.
Además del singular Marlowe y todo lo aludido anteriormente, encontramos otras dos virtudes importantes: los diálogos y las descripciones. Unos diálogos divertidos y llenos de ironía y chispa, que dan clase a la narración, y en los que Marlowe brilla con luz propia. En cuanto a las descripciones, Chandler va más allá de lo normal, pues demuestra un dominio perfecto en el conocimiento del lenguaje corporal, lo cual provoca la sensación de que conoces de toda la vida a los personajes; recordemos aquí que la novela está escrita en primera persona con la voz de Marlowe. Las descripciones de los lugares son muy detalladas y expuestas sin prisas y con mucha intención, lo que lleva a sumergirse aun más en la historia. Más respecto a las descripciones: Chandler (Marlowe) tiene un lado poético; de una forma discreta, te habla por ejemplo, de la lluvia, de la niebla, del aspecto de la luna, etc; describe el estado emocional del protagonista, aludiendo a base de pequeños detalles, a su soledad y a una cierta amargura existencial. Esta "poesía" le da a la narración un contrapunto de los más interesante, que no afecta a la dureza ambiental de novela negra. En fin, se nota que me ha gustado, eh.
 Raymond Chandler (1888-1959) nacio en Chicago, Illinois. Creció y fue educado en Inglaterra; participó en la I guerra mundial y después regresó a Estados Unidos, donde ejerció de periodista, empleado de banco, ejecutivo petrolífero y guionista de cine. Tuvo problemas con el alcohol, siendo despedido de su trabajo varias veces, hasta que se hizo escritor, su verdadera vocación.


Un saludo.

sábado, 1 de febrero de 2014

CRIMEN Y CASTIGO. Fiodor M. Dostoyevski

Lo primero que me llamó, y me llama la atención de las obras de Dostoyevski que he leído hasta ahora, es ese ambiente triste y de pobreza que las inunda, y el carácter solitario de la mayoría de sus protagonistas. Por ahí es donde empieza mi interés por Dostoyevski. Luego viene el descubrimiento paulatino de todo lo que conforma su universo. Y una vez dentro, ya me es muy difícil salir; y una vez leído Crimen y castigo, puedo decir que caerán en mis manos todas las demás obras de este genial ruso. En esta obra, la cual forma parte de su época de madurez, confluyen muchos de los temas e ideas que  Dostoyevski llevaba dentro; con una columna vertebral que los une: su maestría en la construcción psicológica de los personajes. Aquí todo esto toma unas dimensiones de lo más complejas, a causa del protagonista: Raskolnikov. Interesante e inolvidable personaje, que cae bien y con el que se empatiza pronto y profundamente, hasta el punto de desear que salga indemne del "lío" en que se ha metido. Un joven solitario, atormentado, y pobre hasta casi la indigencia, y que a mi parecer, le gusta ser así; que de pronto y a consecuencia del crimen que comete, deja de estar solo, lo cual aun le atormenta más, ya que en realidad, llegado a este punto está más solo que nunca. El "seguimiento" psicológico que practica con él Dostoyevski es sencillamente genial.; al mismo tiempo que lo hace portador de una de las ideas más inquietantes venidas de Europa, con la cual el autor no solo no estaba de acuerdo, sino que incluso las combatía: la del hombre "extraordinario" que esta por encima de los "ordinarios", del rebaño; y que por tanto, tiene derecho a situarse por encima del bien y del mal. Este concepto es otro, sino el principal, de los pilares de esta obra maestra. Atención Nietzscheanos
Luego están el resto de personajes, que son bastantes y no tienen desperdicio; los cuales ponen su granito de arena, no solo a esa complejidad psicológica que domina toda la narración, sino también a la descripción del sufrido pueblo llano ruso. La joven prostituta Sonya Marmeladov, por ejemplo, que encarna dos de las obsesiones de Dostoyevski: la generosidad y la religión, con el Nuevo Testamento como asidero donde agarrarse.
Dignos de mención son también los diálogos; sobre todo los mantenidos por Raskolnikov con el juez de instrucción Porfiri Petrovich. Otro punto más que te mantiene pegado al libro.
Hablemos también del lugar donde se desarrolla la acción: San Petersburgo, siglo XIX. Ciudad que a base de leer a Dostoyevski, se me ha hecho entrañable y mítica. Esa San Petersburgo llena de historias dostoyevskianas, bajo el invierno ruso, con personajes sin un rublo en el bolsillo, aunque esta historia transcurre en verano; los puentes del río Nevá; sus noches blancas; sus tabernas, inspiradoras a más no poder; su plaza del Heno; sus buhardillas, como la que ocupa Raskolnikov.....
Y en fin, terminando ya, no sin cierta tristeza e incomodidad de conciencia, ya que muchas son las cuestiones de las que tendría que seguir hablando, pero esta claro que Crimen y castigo, como toda obra maestra, deja pequeños los blogs; a no ser, claro, que le dediques más de una entrada, cosa que no descarto; o que le dediques un blog entero; aunque eso sería ya ponerle una pasión digna del propio Dostoyevski.

Un saludo.