"Y, sobre todo, leíamos, leíamos todo lo que nos caía en las manos. Sacábamos libros de todas las bibliotecas públicas y, unos a otros, nos dejábamos prestados los hallazgos que conseguíamos encontrar. Pero la mejor academia, el lugar donde mejor se informaba uno de todas las novedades, era el café".
«El mundo de ayer. Memorias de un europeo». Stefan Zweig.
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viernes, 15 de enero de 2016

ASESINATO DE CALIDAD. John Le Carré

Me dispongo a leer la segunda novela que escribió John Le Carré, esperando encontrar otra historia de espías, y en lugar de eso me encuentro con una de detectives. Si claro, en la contraportada de la edición que tengo, explica un poco el argumento, pero aun y así me espero encontrar algún giro narrativo, alguna sorpresa en la trama, que me lleve hacia uno de esos complicados laberintos del mundo del espionaje, que tan bien se sabe montar el amigo Le Carré. Pero no; un asesinato, un cadáver, unos sospechosos, y un hombre dispuesto a juntar las piezas del puzzle: nada menos que George Smiley. Y una amiga de Smiley que le llama para pedirle ayuda. Nuestro héroe acepta y se pone enseguida al tajo. Un planteamiento clásico, ya ven; lo tomas o lo dejas. Lo tomo, lo tomo; es Le Carré; es Smiley, mi espía favorito. Me pregunto qué va a encontrar Smiley ahí; ¿algo más que un asesinato?; porque la narración avanza, las páginas se suceden a toda máquina, y no pierdo la esperanza de que surja algo especial; ya saben, un espía enemigo, o tal vez una red de espías enemigos, o uno que se quiera pasar al otro lado del "telón de acero", o no se...algo emocionante leñe. Y es que la novela es un tanto insípida, o quizá es que se trata de un tema muy manido, o simplemente es lo que dije al principio: que me esperaba otra cosa. Sin embargo Smiley tiene carisma, incluso dentro de una trama que no es nada del otro mundo. Esto hace que, a fin de cuentas, la novela sea entretenida, bueno y también que Le Carré traza unos personajes, a través de los cuales podemos reflexionar acerca de las flaquezas humanas; ambición, vanidad, envidias, celos,odios...Y ahí Smiley sabe moverse como pez en el agua. Como dice Carlos Pujol en el prólogo: "....un investigador a lo Maigret, un George Smiley sensible y desengañado que encuentra la verdad intuyendo los secretos dolorosos de los que sufren y hacen sufrir. Porque él conoce como nadie lo que esto significa".

Un saludo.