"Y, sobre todo, leíamos, leíamos todo lo que nos caía en las manos. Sacábamos libros de todas las bibliotecas públicas y, unos a otros, nos dejábamos prestados los hallazgos que conseguíamos encontrar. Pero la mejor academia, el lugar donde mejor se informaba uno de todas las novedades, era el café".
«El mundo de ayer. Memorias de un europeo». Stefan Zweig.
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jueves, 21 de abril de 2016

EL CASO DE CHARLES DEXTER WARD. H.P. Lovecraft

"OGTHROD AI´F, GEB´L-EE´H, YOG-SOTHOTH,´NGAH´NG AI´Y, ZHRO!"

Por lo general, no se considera esta obra, que es una de las tres novelas que escribió, como la mejor de Lovecraft. No se cual es la mejor, pero esta me ha tocado la fibra sensible de tal forma, que va a ser difícil quitarla del primer puesto de mi ranking lovecraftiano. El motivo principal de que esto sea así, es la fascinante dimensión de Charles Dexter. Dimensión a la que vamos accediendo poco a poco, a base de ir conociendo su vida al detalle, sus quehaceres, sus preocupaciones, y en definitiva su personalidad de "lobo estepario"; si, en este sentido me recuerda a El lobo estepario, de Hermann Hesse. Los paseos y ocupaciones de Dexter por la Providence de principios del siglo XX, ciudad cargada de historia colonial, y su busca e investigación de conocimientos antiguos son narrados por Lovecraft de forma encantadora; como reza en la contraportada de esta edición: "...trasunto literario del propio Lovecraft, solitario y meditabundo, que se entrega en cuerpo y alma al estudio del pasado". Charles Dexter (Lovecraft) es un misántropo interesante y su rica vida interior atrapa al lector, de la misma forma que le va a atrapar a él. Es decir, Lovecraft parte de la idiosincrasia humana del protagonista, en la cual se entretiene mucho más que en otros casos. Por lo demás, van apareciendo una serie de temas que nos adentran en lo sobrenatural, no ya solo como hechos puntuales, sino como cultura; ocultismo, magia negra, secretos antiguos, alquimia, nigromancia, maldiciones, libros perdidos...; y como no, el estilo inconfundible de Lovecraft. Esa forma de insinuar, de "decir"sin decir, hasta que te lo dice de verdad y te quedas clavado en la silla, aterrorizado y a merced de alguno de los entes de su mitología particular (eso si, no sueltas el libro ni que te maten); esa atmósfera de horror ineludible que sobrepasa todos los limites de la demencia; esos rincones y pasajes oscuros que vete a saber que es lo que hay ahí.
Podría seguir hablando de este libro, pero ya sería peligroso. Solo decir que es una novela corta de 230 páginas en esta edición de Valdemar, y que me parece la amplitud justa; tan equilibrada y perfecta la veo. Una de esas obras que confirman a un Maestro.

Un saludo desde mi oscuro sótano.


viernes, 8 de abril de 2016

CORNETAS AL ATARDECER. Ernest Haycox

"Todos eran uno, avanzando a la luz del sol y a oscuras, conociendo cada uno su fin pero sin dejar de ser una parte del curso de la vida que surge del tiempo y se pierde en el tiempo".

Cuando afrontas una novela basada en los hechos de Little Bighorn, te asalta la incomoda idea de que ya te sabes el final,... y si además te ponen esta portada tan explícita.... Pero el lector avezado, lejos de desmotivarse, sabe que hay que darle una oportunidad al autor. Se imponen entonces unas cuantas preguntas, que se nos vienen encima igual que una carga del Séptimo de Caballería; sería cansino formularlas todas; centrémonos pues en la cuestión más obvia: ¿Nos aporta algo nuevo esta novela?. A mi entender aporta muy poco, pero Haycox tiene la habilidad y la gracia suficientes para hacer que esto no importe demasiado. Partiendo de un manido planteamiento, esta novela escrita en 1943 transcurre con la incertidumbre del destino del protagonista. Avanzamos en nuestra lectura ansiosos por llegar al final, y enterarnos de la resolución final de la ecuación; la clave de todo. Una ecuación que consiste en acoplar lo que ya se sabe de este hecho histórico sin traicionarlo, con el plan de Haycox para sorprendernos. Logra permanecer fiel a la historia; si logra sorprendernos o no ya es cuestión de cada uno. Ahí radica el juego del autor. Empecemos por proclamar que es una lectura agradable, pues Haycox escribe bien. Ya desde el inicio, quien esto escribe se siente cómodo con la prosa propuesta, una prosa detallista y natural. Es una novela llena de tópicos, pero de esto no tiene culpa Haycox, pues como ya dije en otra reseña, los tópicos, en el tema del Far West vinieron después con el cine y las novelitas copias de las mejores.
Versión en comic
1875 Dakota; estamos en el mismísimo "fort" donde se acuartela el Séptimo de Caballería. Un tal Kern Shafter llega para reincorporarse a la vida militar. La forma de Haycox de explicar esta llegada, ya hace sonreír a los amantes del western. Damas y caballeros pónganse cómodos, esto promete. Nos vemos, así, conviviendo con los muchachos del Séptimo y allegados (civiles). Nos enteramos del tipo de vida que llevaban; las patrullas, el aburrimiento, sus peleillas, sus reconciliaciones, la camaradería.. etc; incluso del equipo que llevaban encima (esto no sale en las pelis); aparece el sargento fanfarrón, el joven novato, la chica enamorada, el teniente impulsivo, las mujeres de algunos de los oficiales, los bailes,(reservados a estos últimos con sus señoras, faltaría más), y otros arquetipos del universo western; en fin, ya digo: es como ver una peli Hollywood del Oeste. Todo muy cinematográfico. Los únicos que no aparecen son los indios; bueno aparecer si aparecen, ¡y como!, me refiero a que el autor no habla demasiado de ellos, solo lo indispensable. Si habla de Custer; a modo de ensayo; factor crucial para entender esta historia. Dicho todo esto, pudiera parecer que la novela es de una calidad muy limitada; pero no es así. No es lo mejor de la colección "Frontera"que viene publicando Valdemar, pero tiene su encanto y cierta profundidad; buena y poética evocación del paisaje; acertada ambientación, con la que continuamos aprendiendo como era la vida de "la frontera"; incluso llega a cierto nivel de psicoanálisis. Las escenas de acción son muy buenas, bien ajustadas al servicio de la historia. Me lo he pasado en grande oigan. Y aquí lo dejo, tengo que salir de patrulla con el mayor Reno.
Ernest Haicox (1899-1950) nació en Portland (Oregón). Fue militar, lo cual se nota en sus narraciones. Ejerció de periodista hasta que decidió dedicarse a la literatura. Para sus novelas, muchas de ellas llevadas al cine (fue guionista también), se basa de forma excelente en investigaciones históricas y testimonios directos. Haycox no es el mejor escritor de novelas del Oeste Americano, pero es una figura clave en el mundo del western, alabado por gente como Hemingway.

Un saludo desde el fuerte "Abraham Lincoln".  Sargento Hagakure